viernes, 16 de enero de 2015

“LA BATALLA DE VALLE” Cap.4 pt. 8: Hacia la cima de Carn Dum

"Oscuridad y Fuego. Mi mente alcanzó un lugar en el que jamás había estado y me sentí muy confuso al reaccionar. Lo último que recuerdo es ver a la muerte acercarse, la tormenta de fuego cada vez más cerca de mi, de nosotros. Elaran y Gléowyn... Podía verlos pero no alcanzaba a tocarlos, y ellos no hacían nada. Al desvanecerse sus imágenes, destellos me encandilaban hacia todas las direcciones, y los gritos me aturdían, gritos de dolor, lenguas que jamás había escuchado. Luego vi a mi amado Lothlorien, me aterré al verlo destruido, los árboles incendiados y a mis hermanos esclavos de inmundas criaturas, que los azotaban con fuerza y crueldad. Luego se desvaneció como un espejismo y un fuego intenso vino tras de mí, directo hacia mi cara, casi sentí como quemaba mi piel y como saturaba mi alma de penuria y desesperación. Vi a los pueblos libres de la tierra media ser sometidos por las fuerzas de la oscuridad, un gran gusano, un dragón, parado sobre una montaña rocosa y fría como el más desgarrador invierno, soltó un gruñido que llego a golpear mis oídos tan fuerte que sentí la necesidad de correr y no mirar atrás. De pronto todo volvió a oscurecer, y me encontré parado frente a un muro de árboles, nada mas podía ver a mis costados, y una gran muralla de enredaderas con espinas punzantes y afiladas que hasta cortaban la mínima brisa que podía llegar a sentirse, su altura era tal, que no podía divisar un cielo o un techo. Y al entrar por un pasadizo me di cuenta que estaba en un laberinto, que hacía que mis pies me pesaran como si no pudiese levantarlos para dar pasos, todo era tenebroso y un constante ruido de cascos detrás de mi me tenía como presa acorralada por su cazador al acecho, pensé que había logrado pasar a la otra vida pero, no dejaba de sentir dolor y penas, sentía que me agitaba y transpiraba pero estaba intacto, y de pronto el largo trecho de laberinto pareció venir violentamente hacia mí, achicándose, y en el final de éste, un gran ojo, todo cubierto de fuego me miraba y me acoso de tal manera mi corazón pareció detenerse, implantó el miedo en mi ser por un instante. "Lasto beth nin. Tolo dan na ngalad." Se escucho a lo lejos, una voz conocida, que no logre identificar por el hecho de estar tan aterrado, y con el ojo fijo en mi, rebosando de fuego y maldad pura, vuelve a escucharse "Lasto beth nin. Tolo dan na ngalad Luzzen." Esta vez con una voz dulce y hermosa. Instantáneamente la voz curó mi penumbra y mi temor, esparciendo al Gran Ojo lleno de fuego como si fueran cenizas, alejándolo y dejando todo en blanco. Un blanco único, y resplandeciente como la más hermosa estrella de nuestro cielo. Empecé a escuchar el sonido del agua chocar contra unas rocas, y el viento suave acariciar mi cara. De a poco fui recuperándome de mi casi eterno sueño, y cuando por fin desperté, frente a mi estaba lo más hermoso que jamás había visto en seiscientos años."

Al verla, Luzzen intentó incorporarse, pero una mano suave lo detuvo.

—  Debes descansar, el veneno aún está en tu cuerpo.

Su voz era cálida y le producía la más profunda calma. Volvió a recargar su cabeza contra la cama en la que se encontraba, sin poder dejar de mirar esos ojos de un verde esmeralda intenso. El rostro de aquella elfa era blanco y puro como marfil tallado y el cabello, del color de la madera fresca le caía por los lados del pecho en suaves ondas que terminaban en su cintura. Y la contempló como si se tratara de una aparición. Ante él era una revelación, y no podía imaginar un mayor alivio al salir de aquel túnel de horrores inmensos y tormento. Grandes pilares se alzaban alrededor dejando entrar libremente la luz del sol y la música de la cascada que caía por el costado de la montaña.

—  Dime, criatura, ¿Es que he muerto y tú has venido a darme la bienvenida al reino de mis ancestros?

Ella colocó una mano sobre su frente. La forma en que ahuyentaba el pesar de su mente era inaudita.

—  Aún tienes fiebre, Luzzen de Lothlórien. El veneno estaba destinado a llevarte, no a la muerte sino a la locura para forzar tus palabras. En poco tiempo el delirio se disipará y volverá tu fuerza. Estás a salvo ahora en Rivendel.

Se levantó de su lado con un cuenco en la mano en el que había compresas y vendajes. Luzzen comprendió que ella era quien había cuidando de él y sus heridas hasta el momento en que volvió en sí.

—  Tus compañeros, la hechicera y el dúnedain, han estado esperando por tu despertar — dijo mientras se dirigía a la puerta, y Luzzen sintió otro aliento de vida regresar a él—. Se encuentran bien —agregó al ver el súbito gesto de preocupación del elfo.

— Espera…— dijo Luzzen al ver que ella se disponía a abandonar la habitación — ¿A dónde vas?

—  Has vuelto a la luz. Ahora estás fuera de peligro y no necesitas más de mí.

—  Si has sido tú quien me ha salvado, en deuda estoy contigo…
—  Es mi deber atender a aquellos hermanos caídos que buscan resguardo en la casa de mi señor Elrond.

La elfa caminó nuevamente hacia la puerta pero la voz de Luzzen la detuvo por segunda vez.

— Dime tu nombre.

Se volvió hacia él.

—  Mi nombre es Kiora.

Al verse solo en la habitación se dio cuenta de que no podía descansar. Su mente y su corazón ahora estaban despiertos, con una nueva fuerza vibrando dentro de sí.



(2)


Elaran miraba hacia el vacío, recargado en el balcón. El paisaje era maravilloso, pero su mente divagaba demasiado como para prestarle atención alguna. Habían llegado con dificultad a Rivendel, y el águila se encontraba herida y cansada al igual que ellos. Gléowyn no había pronunciado palabra. Breve había sido su momento de descanso en el cual les habían proporcionado ropas nuevas y agua, y la fatiga era ahora innegable. Sin embargo la paz de aquel lugar los reconfortaba, y esperaban que su compañero despertara. Lord Elrond y la dama Galadriel discutían asuntos delicados y no habían podido hablar con ellos aún. La hechicera, sentada en un banco de piedra sostenía las gemas en la mano, observándolas con detenimiento. El montaraz lo sabía aún sin necesidad de voltear a verla.

— ¿Qué crees que sean? —  dijo ella al fin, rompiendo el largo silencio.
—  No lo sé —respondió él — Pero hemos visto su gran poder. Deberías dejar de tocarlas, Gléowyn.

Pero ella no le prestó atención. La mujer las miraba intensamente analizando cada detalle.
“Son hermosas”— pensó — “Increíblemente hermosas”.
El poder de aquellas gemas acariciaba sus manos casi a propósito. No pudo evitar que su mente, culposamente, imaginara lo que podría hacer con ellas. Quizás lograría encontrar su amada tierra. Quizás recuperaría su poder perdido. Quizás… sería aún más poderosa de lo que fue alguna vez y no habría enemigo capaz de dañarla, ¿Era acaso la sed de venganza contra aquel ser de antaño lo que ahora la seducía?

— ¡Gléowyn!

Ahora era el montaraz quien la había tomado por los hombros y traído de regreso a la realidad de una sacudida. Agitada y confundida por lo que había pasado, guardó torpemente las gemas en el bolso, mismo que arrancó de su cinto y arrojó lejos de ella. Se cubrió el rostro con las manos.

— Tanto poder corrompe —dijo Elaran — Es lo que ha ocurrido durante toda la historia. Fue lo que hizo nacer a los espectros del anillo. Su sed de poder.

—  He probado un poco —dijo ella recuperando la calma — y no pienso permitir que pase de nuevo.

Pasos los alertaron. Quizás aún con la experiencia de Carn Dum corriendo en sus venas sintieron por segundos que podría tratarse de un enemigo, pero quien entró a su encuentro era Luzzen. Al verlos su rostro se iluminó con una gran sonrisa.

— ¡Luzzen! — La hechicera corrió hacia él seguida por el montaraz. Lo abrazó haciéndole dar un grito ahogado olvidando que no se encontraba del todo ileso— Oh, lo siento…
El montaraz posó su pesada mano en el hombro del elfo.

—  Nos alegra verte con vida, mellon —dijo — después dicen que los Enanos son los únicos duros de esta tierra.
—  Jamás me hubiera perdonado haber caído antes que ustedes sin haber logrado protegerlos, amigos míos — respondió Luzzen tomando los brazos de sus compañeros.

La alegría del momento se contuvo cuando un elfo en amplia túnica se aproximó a ellos.

— La dama Galadriel y Lord Elrond desean verlos.

— Es hora —sentenció Elaran.
Gléowyn, con gesto sombrío recogió las gemas del suelo.

(3)

— Su poder es grande — dijo la Dama, observando las gemas que ahora descansaban sobre la mesa, sin tocarlas —. Están ahora ensombrecidas pues han sido empleadas para invocar un gran mal.

— ¿Qué son exactamente?— preguntó Gléowyn casi impaciente.
— Existen piedras — continuó Elrond observando a la hechicera —, que como éstas, poseen gran fuerza y poder. Su procedencia es pura, como la naturaleza misma y en las manos equivocadas puede desatar grandes desgracias. Su habilidad de exaltar los deseos secretos más allá de la razón, y más aún, su capacidad de encarnarlos, pueden embriagar de poder a quien las posea. Pienso que tú, hechicera, las utilizaste y pudiste probar un poco de sus terribles consecuencias.

Gléowyn recordó cuando utilizó una de ellas para llamar a las águilas. Bajó la mirada.

— ¿Pueden ser purificadas?— preguntó Luzzen.
— Lo dudo mucho —contestó Elrond —, han absorbido y generado una gran oscuridad.
— Deben haberlas utilizado como fuente de poder —intervino Elaran—. Las resguardaban con sumo recelo. Pero… ¿Para qué?

Se hizo un silencio entre ellos.

— La tormenta ardiente…— murmuró Luzzen— creció de manera desmesurada gracias a una magia oscura. Recuerdo haber visto destellos en aquella cueva de Brezal Marchito mientras ese ser oscuro arrojaba las auras hacia el dragón…

— ¿Quieres decir que es posible que las piedras de alguna forma le den fuerza a Uruloth?— preguntó el montaraz, mientras Galadriel y Elrond se observaban entre sí como si hablaran por medio de sus mentes.
— Es muy posible —dijo finalmente Galadriel—. Tal oscuridad sería justificada.
— Debemos destruirlas entonces — y Gléowyn se puso de pie.
— No es fácil — la detuvo la Dama —. Poderosos hechizos las protegen. Solo otro gran poder es capaz de obrar tal milagro.

Entonces, Galadriel observó hacia el balcón con intensidad. Los demás siguieron su mirada y a lo lejos, hacia el horizonte, algo se acercaba volando con dificultad. Se pusieron de pie mientras el águila que había quedado atrás para salvarlos, se acercaba. Los rostros de Elaran y Gléowyn, que habían presenciado el sacrificio de ésta, se iluminaron. El águila cayó a los pies de las puertas de Rivendel.

De inmediato descendieron a su encuentro. Gléowyn se arrodilló a su lado mientras un pequeño grupo de elfos la rodeaba.

— ¡Estás viva! ¿Cómo lograste escapar?
— En mi lucha caí, y la Tormenta Ardiente debió darme por muerta— dijo el águila con debilidad —. Pude verle volar en dirección a Gundabad… Deben apresurarse…

— Gundabad…— dijo Elaran mientras observaba la escena — Eso no debe traer nada bueno. Debemos hallar la manera de destruir aquellas piedras.
— Primero otra tarea hay que encomendarles — intervino Elrond — aquí en Imladris, las piedras estarán a salvo, no poseen las características del Anillo Único por lo que el señor oscuro no puede hallarlas — caminó acercándose a los tres aventureros — en cuanto puedan deben partir a Gundabad. Algo se teje allí. Un Dragón no escoge una morada por la sola razón de una huída. Alguien le debe estar esperando.

La dama Galadriel colocó su mano sobre la cabeza del águila, que se sumió en un profundo sueño.


15 comentarios:

  1. Por dios, POR DIOS AME A LA ELFA!!!! ME ENCANTA PARA LUZZEN!!

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  2. Lo mejor que podian haber hecho! Una nueva personaje, me encanta amigos!! Solo faltaria un enano hahahah me dejaron super satisfecha

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  3. "después dicen que los Enanos son los únicos duros de esta tierra" me encantó!! Elaran es el mejor!!

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  4. Por fin un texto extenso!! Gracias, excelente fanfic

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  5. Kiora, hasta el nombre irradia hermosura. Ya la amo ♡

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  6. Luzzen se enamoró :( pero ojalá no le haga mal, porque vamos a hacer fila para golpear a esa elfa si lo lastima ;D

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  7. Yo creo que deberían enviarle esto a Warner Channel y pedir que hagan una serie basado en este fan fiction, de veras, es la opinión de una gran seguidora.

    PS: Luzzen <3

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  8. Cumplen lo que prometen, como siempre increíble lo que hacen

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  9. Por fin una Elfa!!! Estaba esperando inconscientemente a esta dama de Rivendel, le va a hacer muy bien a la historia!

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  10. Esa elfa esta para chuparse los dedos!! Hahahahha creo que Luzzen la atenderá bien, *ifyouknowwhatimean

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  11. Uno de los mejores capitulos

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  12. Ese maldito dragón, ya se ganó mi odio juntito a Smaug

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  13. Me fascina la inclusión de personajes nuevos! Y gran capitulo!

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  14. Lo lei 5 veces ya y no me canso! Que sea viernes ya!! Quiero saber mas de Kiora

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  15. Ame a Kiora...quiero mas!
    :)

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