Elaran y Gleowyn
(Por
Mariel Gimeno y
Sebastián
De Zaldúa Leveque)
Si
las cosas debían terminar en ese instante, Elaran haría un gran final de sí
mismo o de la mujer.
Esperemos
no llegar a ese punto, pensó, es rápida. Pero no tanto como le gustaría.
No
hizo el primero movimiento, sino que esperó el ataque.
El
primer ataque logró bloquearlo con la espada izquierda y enseguida, lanzó una
cuchillada con la derecha que fue rechazada al instante. No pudo ver a dónde se
había ido la mujer, pero el sonido de los pies era evidente. La esquivó a
tiempo, dándole una certera estocada con el mango en la espalda, desestabilizando
a su contrincante. Se lanzó con la intención de sujetarla, pero la mujer lo
esquivó y un diminuto destello de luz le incomodó la vista.
¿De
dónde provenía ese destello? Él no lo sabe, pero tampoco le asusta.
Giró
sobre sus pies y se encontró cara a cara con la mujer, a pocos metros, haciendo
gala de su altura y complexión física de guerrera inquebrantable. La espada que
sostiene con ambas manos, apunta al pecho de Elaran.
-
Anda,
Dunedain – Dijo un poco agitada - ¿Por qué me abordas? Pocos son los asuntos
que me atan a tu raza. ¿Qué te trae a arriesgar tu vida ante mí? Estoy por un
momento dispuesta a escucharte.
-
Tiempos
difíciles se avecinan – Empezó él - No
tengo nada más que decir. Un mago trajo mi camino hasta aquí por algo más
grande que nosotros. Algo que yace delante, en las sombras sin ser visto.
-
¿Y
eso que tiene que ver conmigo? – Arremetió ella - No me interesa la Tierra
Media. Yo estoy en busca de… otras tierras. Lo que pueda estar delante de
nosotros que allí se quede.
-
Pero
esta tierra es en la que vives y buscas tus caminos – El enojo comenzaba a
subirle por la garganta. ¿Cómo era posible que esa mujer no se diera cuenta del
peligro que asola el mundo? - Un gran
mal se cierne sobre nosotros y sepultará todas las respuestas bajo ruinas y
cenizas.
-
Nunca
encuentro nada más que cenizas o rumores vagos para cumplir mi destino – La
mujer no se rendiría tan fácilmente - ¿Cual es la diferencia a seguir buscando
entre escombros?
-
Todo
será escombro – Anunció - Nada de respuestas, nada de pistas. Nada quedara en
pie y reconocible cuando se desate la ira del Señor Oscuro – La miró directo a
los ojos - Y nadie se salvara del azote de su odio.
La
imagen del Señor Oscuro se proyectó en sus mentes. Un peso enorme tironeó de
sus corazones, que no fue miedo sino el efecto de una oscuridad pura,
amenazante y vil.
-
Mi
nombre es Gleowyn – se presentó– y quizás quieras decirme ¿Quién te ha enviado
a estos lugares tan olvidados y en busca de qué?
-
Soy
Elaran, de los Dúnedain del Norte – se presentó, pero antes de que pudiera
continuar, sintió la presencia de alguien a pocos metros.
Al
instante, ambos se colocaron uno al lado del otro empuñando sus armas. Esas
tierras ocultan muchos secretos, los viajeros tratan de evitarlas porque
peligros desconocidos azotan a quienes se atreven a ingresar.
Una
silueta apareció y tambaleaba en su dirección.
Gleowyn
hizo ademán de querer atacar, pero Elaran la detuvo.
-
Uruloki
– balbuceaba la silueta – están aquí.
La
luz de la luna iluminó su cara y supieron que se trataba de un elfo del Reino
del Bosque. Llevaba las ropas muy maltrechas y en su mano derecha vieron una
espada rota a la altura de la empuñadura.
-
¿Quién
eres? – preguntó Gleowyn desconfiando del Elfo.
-
Hithral… Hithral… ¡Uruloki! – y cayó a sus pies desmayado.
-
¿Y
esto que significa? – dijo Gleowyn.
-
El
motivo de mi viaje – anunció Elaran acercándose al Elfo. En el trayecto,
confirmó la existencia de la fogata, que tanto le hiciera dudar. La Hechicera
la había apagado con tierra en un simple movimiento mientras se levantaba a
enfrentarlo.
A
regañadientes, Gleowyn lo ayudó a levantar al herido y acomodarlo contra la
roca en que estuvo hasta unos segundos antes.
Revisaron
al Elfo y en el pecho encontraron una herida caliente que ninguno de los dos
lograron identificar. Elaran comentó pensativo, que quizá en su desesperación
de alguna manera intentó curarse, pero Gleowyn no lo veía posible. Lo que
quedaba de espada no presentaba ninguna marca de ser calentada y nada indicaba
una fogata cercana.
-
Uruloki
– Balbuceó el Elfo entre pesadillas – el fuego del norte – Elaran y Gleowyn
prestaron atención a esas palabras – avisar… avisar…
-
¿Qué
hay que avisar? – Gleowyn seguía reticente a aceptar su papel en algún plan
ajeno al que ella misma se trazara. Si el Elfo decía algo contundente, el
Dúnedain podría seguir su camino y dejarla en paz.
-
De
alguna manera eres parte de este destino – anunció Elaran enojado consigo
mismo, el sabio es Gandalf no él. Lo sabe y le molesta – quizá mis palabras no
alcancen para demostrar la longitud de la situación, pero algo se presenta que
te lo demuestra claramente – miró la herida y volvió la vista hacia Gleowyn –
tu eres hechicera ¿No puedes curarlo?
Ella
intentó replicar que su magia solo tenía el poder de destruir, que nada podía
hacer para salvar o construir. Su magia guerrera, solo llevaría a lastimar al
Elfo herido o peor… matarlo.
Pero
una sensación extraña invadió su corazón. Algo que la alentó a apoyar sus manos
sobre la horrenda herida del moribundo. Un humillo color azul rodeó el pecho
del Elfo y luego de un ruido que reconocieron como de carne moliéndose, la
herida pareció sanar un poco.
-
¡Excelente,
Gleowyn! – Exclamó Elaran
-
Si
– se limitó a contestar – no sé como lo hice… pero está hecho.
El
Elfo abrió los ojos y se sobresaltó. Con movimiento lento, apuntó con la espada
sin hoja a sus salvadores.
-
¿Quiénes
son y cómo me curaron? – preguntó – estaba a la puerta de mis ancestros y algo
me trajo de vuelta.
-
Yo
soy Elaran, de los Dúnedain – se apresuró a decir – ella es Gleowyn, la que te
ha salvado la vida al menos por ahora.
-
Mi
nombre es Hithral, del Reino del Bosque – miró su espada y se sintió ridículo. Quizá
podía confiar en esos dos extraños. Después de todo, indefenso y herido, le
habían salvado la vida – y vengo en una misión importante que no puedo develar.
-
Nosotros también estamos aquí por algo que no podemos revelar – dijo
Elaran.
Gleowyn
intentó refutar la afirmación, pero tuvo que aceptar que no podía escapar o
seguir su camino esta vez. De alguna manera inesperada, terminó involucrada más
de lo que le gustaría en una situación ajena. Jugueteó con el collar color rojo
que pende de su cuello.
El
Elfo les contó la pequeña pelea sin entrar en detalles. Solo habló de un
enemigo inimaginable, de una fuerza poderosa del Señor Oscuro y de un fuego
ancestral que reptaba en la oscuridad del Brezal.
-
Entonces
eso era lo que el mago quería que investigara – dijo Elaran. Hithral no preguntó
porque debía partir enseguida.
-
Debo irme e informar a mis hermanos sobre lo sucedido aquí – anunció.
Gleowyn le ofreció su palo para caminar y, tras dudar un momento, Hithral lo
aceptó. Con sumo esfuerzo, se puso de pie – no sé qué camino les depara si se
adentran allí, pero tengan cuidado. Ya la tierra media no es la hermosa tierra
que algún día supo ser. No se preocupen por mí. Estoy cerca de amigos y podré
llegar. Pocos orcos quedan en estas tierras y podré evitarlos. ¡Adiós!
Elaran
y Gleowyn, vieron al Elfo partir desarmado y herido, a paso dubitativo.
Desearon darle algo con qué defenderse, pero apenas tenían para ellos. Por lo
pronto, una tarea se encomendaba, una que ya estaba dada pero que hasta el
momento no se revelaba como tal.
-
Entonces
estás conmigo en esta tarea ¿Verdad? – preguntó Elaran.
-
Nuestros
misteriosos caminos nos trajeron hasta aquí, hasta este encuentro – contestó
Gleowyn – te ayudaré y asistiré, Dunedain, como sé que tú harás lo mismo por
mí. Pero recuerda que mi camino se distancia del tuyo al final.
-
Lo
sé y hasta ese momento lucharemos lado a lado – Elaran miró su camino delante.
Los
dos se encaminaron a Brezal Marchito. La noche todavía no daba paso al amanecer
y tardaría en hacerlo. Cuando se decidiera el sol a salir, para dar vida a un
nuevo día, el dúo atravesará la entrada del Brezal y se encontrará cara a cara,
con el Fuego de Antiguos Días.
Exelente felicitaciones!
ResponderBorrarMe encanta! Me late que va a ser una especie de aragorn y gimli pero faltaria un Legolas. Pero de todas maneras me encanta!! Adelanten algo del proximo cap!!
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