El
rugido brotó del corazón mismo de la tierra que pisaban. Los tres permanecieron
en silencio sintiendo el suelo vibrar. Algo se acercaba desde la profundidad.
Luzzen
hizo una señal a los otros dos para que observaran hacia la puerta por la cual
habían ingresado, para descubrir que un séquito de orcos y hombres de Angmar
habían logrado entrar y se acercaban marchando bruscamente, emitiendo gruñidos
y sonidos guturales que a Gléowyn le parecieron repugnantes.
Se
encontraban atrapados entre el peligro inminente que se acercaba en forma de un
ejército, o aquella criatura que se abría paso desde el suelo hasta ellos.
Elaran hizo ademán de correr hacia la puerta, pero Gléowyn lo detuvo por el
brazo.
—
Los tres sabemos lo que se acerca, lo que está trepando hasta nosotros desde el
fondo de la tierra, custodiando las posiciones del señor oscuro. Lo único que
podemos hacer es dejar que entren, y buscar confundirnos entre ellos — el
rugido del pozo asustó a los propios atacantes. Ante esto Luzzen tuvo una idea.
—
¿Puedes cambiar nuestro aspecto nuevamente?- preguntó el elfo, y la mujer miró
hacia el tumulto que se abría paso.
—
Puedo hacerlo — dijo, tras pensar un
segundo-, pero no durará mucho, Debemos ser rápidos, y tener un plan... Elaran.
¿Tienes alguno?
El
montaráz, sin ver a sus compañeros, dijo:
—
Sí, he pensado en algo. Síganme...
Luego
de unos segundos de silencio, la tropa enemiga se aglomeró en el centro de la
explanada, y los tres aventureros habían logrado entremezclarse entre ellos con
precaución de no estar demasiado cerca unos de otros. El suelo temblaba y las
paredes crujían, como si todo fuese a derrumbarse de un instante a otro.
—
¡Apártense!- Gritó un orco de piel ceniza y gran estatura, líder de la manada.
De
inmediato, de un brinco y algunos cayendo estrepitosamente al suelo, se
apartaron ante la grieta que se abría enfrente de ellos, y con el tremendo
sonido de una explosión, una colosal bestia salió de la tierra impulsándose
hacia el cielo, extendiendo sus negras alas a la luz de la luna haciendo que
quedaran en total oscuridad. Lanzó un rugido desde el fondo de su garganta,
obligándolos a centrar su mirada en él. Ahora la bestia no se parecía en
absoluto a la criatura que encontraron en la cueva de Brezal Marchito. Sus
garras se había afilado como espadas, y su tamaño se había incrementado gracias
a la magia oscura. Volando sobre sus cabezas, en círculos, pudieron ver la
fuerza de sus músculos endurecidos y la ferocidad de sus dientes, que asomaban
como púas en lo que parecía una mueca burlona y maligna.
Elaran
y Luzzen vieron por un momento asomar su verdadera identidad y voltearon hacia
la mujer, que ante la impresión de ver aquel ser había perdido concentración.
Ahora tenía los ojos cerrados e intentaba hacer que recobraran su aspecto de
orcos. Por suerte lo logró mientras los demás seguían perplejos ante la
criatura.
Mientras
Uruloth sobrevolaba la noche enrojecida, el tumulto de orcos, hombres de Angmar
y los tres fugitivos, se dirigieron hacia el interior de los pasadizos de roca.
Y al cabo de un momento, Elaran miró a sus compañeros haciéndoles una señal
para que lo siguieran. Los guió ingeniosamente fuera del caos, escondiéndose
entre uno de los pasadizos de piedra. Recuperaron su forma original mientras la
hechicera perdía la fuerza. Luzzen la sostuvo antes de caer al suelo.
—
No puedo hacer más magia –dijo -, debemos ir con cuidado.
—
Ahora sabemos la verdad...- dijo Elaran-, Uruloth se encuentra en Carn Dum como
temíamos. Su fuerza se incrementa gracias al favor del señor oscuro y sus
sirvientes. Lo ha convencido sin duda, y ahora es un terrible enemigo más. Servirá
al señor Oscuro Sauron, por algún precio.
—
Los Dragones si servían a un amo — comentó Luzzen — Mucho he escuchado de Morgoth,
el enemigo oscuro del mundo — al pronunciar el nombre, todo alrededor se
oscureció unos segundos y volvió la
normalidad.
—
Cuidado con los nombres que pronuncias, gran elfo — dijo Elaran — algunos están
cargados de oscuridad y en lugares oscuros como éstos, esos nombres recobran su
fuerza.
Una
conversación en susurros llegó a sus oídos. Avanzaron con cautela hacia una de
las salas a las cuales desembocaba el pasadizo. Detrás de una puerta provenía
la conversación, al parecer entre dos comandantes de Carn Dum. Elaran pegó la
oreja a la placa de madera negra y Luzzen agudizó sus oídos.
Mucho
no pudieron captar debido al grosor de la madera, pero sí lograron escuchar dos
palabras: “Valle” y “Ataque”
"LUZZEN LA SOSTUVO ANTES DE CAER AL SUELO" esaaaa jajajajajaj genial capítulo chicos, hacen una genial combinación entre los 3
ResponderBorrarEnhorabuena al creador/res de este fanfic.Espero todos los viernes un nuevo capítulo y espero que haya muchos mas.Seguid así, artistas!
ResponderBorrar