viernes, 31 de octubre de 2014

"LA BATALLA DE VALLE" Cap. 2 Pt: 4 El Fuego de Antiguos Días





             -Un elfo, de los bosques azules de Lórien. He estado ahí… - La voz de Thranduil, rey del Bosque Negro, inundó el recinto y resonó de forma desagradable en los oídos de Luzzen -. La luz es blanca, y su engañosa pureza acaricia las mentes frágiles, permitiendo que las voces que se ocultan hablen dentro de uno mismo. Deslumbrante y eterno. Dime, ¿Cuál es tu nombre?

             - Mi nombre es Luzzen – dijo, más a manera de reto que de respuesta. Expectante y desafiante, conteniendo cada músculo para no iniciar una revuelta. No confiaba en el rey, no había nada en él que le inspirase siquiera respeto pero debía ser prudente si quería salir con vida y liberar a Gléowyn y Elaran. Cuando lo sacaron de la celda, había podido ver en sus rostros una espesa sombra de preocupación e impotencia, y ahora se preguntaba si ellos seencontraban bien.

            - ¿Estás escuchando mis palabras? – cuestionó el rey mirándolo a los ojos. Luzzen había dejado de prestar atención por instantes – Los soldados hablan de una inusual batalla en mis dominios. Aquello me indica que probablemente los orcos los seguían, y tal cosa no ocurriría sin una buena razón. Espero que tengas una satisfactoria explicación para ofrecerme.

           -Los orcos nos atacaron de la nada, y nos defendimos. No tengo nada más que explicar- el joven elfo no tenía intención alguna de revelar su tarea antes de hablar con la dama Galadriel.

          -Lo dudo… - respondió el rey con tranquilidad abrumadora.

Un guardia dio un paso para avanzar hacia Luzzen, quizás en un intento de forzarlo a hablar, pero Thranduil levantó la mano indicándole esperar.

         - Contrario a lo que imaginas, tu coraje no es admirable. No hay nobleza en tu silencio sino necedad. Estoy dándote la oportunidad de explicar lo que ha ocurrido, considerando tu procedencia y mi personal simpatía por tu tierra natal. Pero si tu ímpetu supera tu prudencia, me veré obligado a hacerte hablar. De la manera que sea.

        - Nuestros motivos no son de su incumbencia.

        -¡Más respeto, extraño!- irrumpió el mismo guardia, al parecer de los más fieles y comprometidos con su tarea- No olvides que estás en presencia del rey.

Luzzen volvió su mirada por breves instantes sin sentirse intimidado ante aquel elfo, que no lo superaba en estatura y sin duda, tampoco en capacidades.

       - Nuestros motivos no son de su incumbencia, “Mi Señor” – respondió, y aquello último con cierto aire de desprecio que casi le hacen arrepentirse al momento de pronunciarlo.

Un golpe seco aterrizó en su espalda,forzándolo a caer al suelo. Al voltear para encarar a su agresor, se encontró con la espada del guardia apuntando hacia su garganta. Apretó la mandíbula. El rey, sin inmutarse y con una sombra que sugería una opaca sonrisa, caminó alrededor del caído.

      - Tal vez tus compañeros tengan mejor disposición para responderme.

El guardia dirigió una última mirada amenazante a Luzzen que fue devuelta sin reparo.


En la celda, Gléowyn y Elaran aún hablaban con un Hithral sorprendido de verlos encerrados, cuando fueron interrumpidos por el guardia enviado por el rey.

        -¡Hithral! ¿Qué haces aquí, con los prisioneros? Hazte a un lado, el rey ha solicitado verlos.

        - Iré con ellos.

        - El rey no te ha enviado llamar, Hithral.

        - ¡Ellos salvaron mi vida, Valdor! El rey debe escucharme.

El guardia los observó por un instante y abrió la reja.

Al llegar al gran salón, Luzzen continuaba en el suelo. Elaran y Gléowyn se apresuraron a ayudarlo.

        -No he solicitado tu presencia, Hithral – exclamó Thranduil.

        - Mi señor – el elfo hizo una reverencia -, le pido me perdone por presentarme así pero siento mi deber interceder por los prisioneros. Ellos son aquellos de quienes les hablé. Ella – dijo, señalando a Gléowyn - es hechicera, y logró salvarme de la herida que casi consume mi vida.

        -Sin embargo la herida sigue ahí- respondió Thranduil, sin dejo de asombro en su rostro- ¿Como explicas eso, mujer?

        - No soy capaz de curar con magia, mi señor- respondió, con la mirada baja y voz pausada-. Hasta ahora mis dones solo han sido destinados a las artes de la guerra y el combate. Lo que ocurrió esa noche escapa de mi comprensión.

En ese instante, tres guardias ingresaron y desparramaron sobre el piso las pertenencias de los tres. Al ver chocar sus espadas en el piso, Elaran hizo ademán de querer rescatarlas.

        — ¿Qué sucede? — preguntó el Rey — ¿Hay algo preciado aquí para ti?

El Montaraz guardo silencio y pronuncio dos nombres que nadie alcanzó a distinguirlo. Hitrhal insistió en su versión de los hechos pero Trhanduill tenía la mirada puesta en un objeto brillante, caído de entre las pertenencias de Luzzen.

        — Necesito que todos se retiren — ordenó — Quiero hablar a solas con ellos y Hithral. Los guardias dudaron un instante y provocó el enojo del Rey. — ¡Ahora! — Bramó y los guardias salieron a paso presuroso. Thranduil tomó una pequeña gema del suelo y la levantó ante la vista de todos. — Luego de la batalla que tuvo lugar en Erebor — comenzó — Galadriel guardó una gema de mi pertenencia. No pude negársela a la dama más poderosa de entre los elfos. Con ella me avisaría que existen sospechas de que el enemigo ha regresado. Y que el portador de esa gema sería un enviado de ella, para solicitar asistencia o información. Una gema pura de luz que sin embargo, ningún orco podría hacer brillar — caminó hasta Luzzen y le colocó la gema en su mano derecha — Esta es la gema de luz, Luzzen. El único amenaza nuestras tierras una vez más como hace sesenta años y tú eres ese emisario.

La confusión se pintó en el rostro de los tres aventureros. ¿Cómo era posible que todo cambiara de un instante al otro por la sola presencia de una gema? Una, que ni Luzzen sabía que llevaba.

        — ¿Cómo podremos confiar en ti, señor? — preguntó Elaran — nos arrojas a tus calabozos, nos tratas como el peor de los orcos y ¿Luego nos dices que nada ha sucedido?

        — Sé que para un montaraz es difícil entender esta situación — afirmó el rey mientras se sentaba de nuevo en su trono — pero dime, Dúnedain ¿Es menos extraño que el hecho de cruzar caminos y aventuras con un Elfo y una hechicera? Elaran no supo que contestar. Semejante respuesta se encontraba lejos de su mente y su inteligencia. Esas eran cosas para sabios y magos. — Les preguntaré una vez — miró fijo a los tres — y quiero la verdad, solo así podré ayudarles. Si mienten una vez más, me veré obligado a encerrar al hombre y a la mujer nuevamente y a expulsar a Luzzen a sus tierras.

        — Por favor — intercedió Hitrhal — digan lo que he visto y sufrido. Digan lo que ustedes han enfrentado. ¡Fuego y muerte!

El silencio invadió el recinto. Elaran miró a Luzzen que no lo miraba y luego volvió la mirada a Gleowyn. Ella asintió y sus miradas comprendieron más allá de ese recinto. Entendieron que era hora de arriesgarse a confiar.

        — Hemos enfrentado a un mal que creíamos extinto — empezó Elaran — uno que casi se lleva la vida de tu súbdito elfo y la nuestra también.

        — Encontramos en el Brezal Marchito — continuó Gleowyn mirando al rey a los ojos — a un Dragón — Si Thranduil se preocupó, no lo demostró —. Ésta criatura se encontraba junto a un sirviente del señor oscuro y su tamaño creció hasta escapar de nosotros o nosotros de ella.

El Rey pensó unos instantes y luego miró a Luzzen.

        — ¿Es verdad? — le preguntó para sorpresa de los demás

        — Cada palabra, señor — miró a sus compañeros — solo olvidaron el detalle de que el sirviente del señor oscuro, recitaba un encantamiento en una lengua antigua que no conocemos. Una lengua cargada de oscuridad y odio.

        — Muy bien — El Rey se levantó una vez más de su trono y se dirigió a ellos — me dirán lo que necesitan y se los proporcionaré. Como un único favor a unos extraños venidos de afuera de este reino.




Al amanecer del siguiente día, los tres se encontraban de nuevo con sus pertenencias, de pie en la entrada del reino y a la espera de caballos pedidos especialmente por Thranduil, cuando un inesperado mensajero llegó a instarles un cambio de ruta.

        — Un pequeño amigo ha traído un mensaje de Radagast — dijo Thranduil — al parecer los insta a encontrarlo para hablar de un mal al otro lado del norte que sabe a ustedes les importará mucho.

Luego de intercambiar saludos y agradecer a Hithral por su ayuda, el trío partió hacia el punto de encuentro con el mago, en los lindes del bosque negro. Allí lo encontraron, rodeado de pájaros y otros animales indefensos que buscanaban en la presencia de Radagast alguien a quien los cuide.

        — ¡Oh! — exclamó al verlos — veo que han llegado. Luego de intercambiar saludos y presentaciones, Elaran habló.

        — ¿Qué necesitabas de nosotros, gran mago — dijo — poco se de ti y no logro adivinar que es lo que quieres de nosotros.

        — Solo un mensaje que un ave y un amigo me trajeron — anunció misteriosamente y bajando la voz. Nadie debía enterarse — ese mal que han despertado se dice que regresa a donde el rey oscuro ha morado — miró en todas direcciones tratando de cerciorarse que nadie lo escuchara — pero aún más.

        — ¿Qué más puede haber en el norte que no sepamos? — intercedió Gléowyn y Elaran le hizo seña para que guardara silencio.

        — Una gran joya de la antigüedad es posible que fuera encontrada — comenzó de nuevo — una joya tan bella que harían ver a los cabellos de la mismísima Galadriel marchitos — al escuchar el comentario, Luzzen sintió un vacío en el estómago — sé que no saben de que hablo. Pero les diré que se habla de que, aparte del anillo único, el enemigo ha encontrado y guardado en Carn Dum un Silmaril de la era antigua.


12 comentarios:

  1. Definitivamente Team Luzzen! Ojalá le de su merecido a ese Valdor!! Me encanta cada vez mas chicos! La neta

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  2. Mi querido Radagast. Genial esta entrega cuates, y muy buena elección de escenarios. Carn Dum por fin lo voy a conocer

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  3. Buenísimo episodio amigos! Ese Luzzen si que me agrada, hay que tener agallas para hacerle frente al mismisimo Thranduil. Hacen un gran trío!!!!

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  4. Luzzen casate conmigo por dios!! Ese elfo cada vez me gusta mas!!!!!!!!! Gleowyn y Elaran mas vale que cuiden bien de el! Hahahah genial historia guys keep going like that

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  5. Muy bueno chicos, ya quiero que sea viernes otra vez! Aguante Luzzen!! Jajajaja

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  6. Sigan asi que esta super esta historia! Gleowyn es muy misteriosa mi preferida

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  7. Ingeniosos diálogos y saben manejar las emociones del lector, sin duda un muy buen aporte el de ustedes, los felicito

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  8. Ya quiero que sea viernes y ya quiero verlos pateando traseros!! Especialmente el de ese elfo!! Vamos Elaran no nos decepciones!!!!!

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  9. Carn Dum, esto cada vez se pone mas picante, largo camino los espera por delante a los tres. Me pregunto si algun nuevo aventurero se topara con ellos

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  10. Yo quisiera saber cuales son las dos palabras de Elaran que nadie llego a escuchar

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  11. Gleowyn va a torcer a los orcos de mordor con un abrir y cerrar de manos!! No sera de la orden de los 5 magos??? Me intriga mucho esa hechicera

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